Foto: Eduardo Vargas, abogado en libre ejercicio.
Hablar de género en este tiempo para muchos se ha tornado algo molesto; para otros, un logro. La gran mayoría no acaba de comprender que es el género y sus luchas dentro de la sociedad a pesar de haber culminado el mes del “orgullo”, tras haberse cumplido 24 años la despenalización de la homosexualidad y la Corte Constitucional diera paso al matrimonio igualitario. Para comprender tenemos primero que despojarnos de nuestra situación de privilegio y comprender que el GÉNERO se encuentra en lo cotidiano de la vida y que no es igual que FEMINISMO, sin embargo, el concepto de género es ambiguo para ello puede buscarlo sea en la internet o un diccionario y encontrará varias acepciones.
Género no es igual a sexo, por ejemplo no es lo mismo “soy mujer” que manifestar “soy hembra” o incluso “soy femenina”, existe un hilo sumamente fino entre el sexo y el género, por lo que, al hablar de sexo manifestamos al hecho biológico mientras que el género es solamente un atributo cultural determinado, es decir, el rol que la sociedad impuso a un hombre o mujer. Es muy importante conocer que tanto el sexo como el género pueden ser transformados, el sexo mediante una operación y el género con una inscripción a una identidad que no necesariamente puede coincidir con el sexo.
Lo antes mencionado se evidencia en el derecho, por el simple hecho que no tiene un enfoque de género y tiene la marca masculina. Esta demostración se da al momento que a la mujer se le considera como una carga familiar y en caso de tenencia de hijos independientemente de la sana crítica del Juez, esta tenencia le corresponde a la Madre.
Sin duda, el derecho es aplicado desde un punto de vista masculino. Cuando haya una sociedad consciente de la discriminación y dominación que se sigue viviendo, existirán cambios y con esos cambios tendremos anhelos de un mejor mundo.
Alguna vez, se han preguntado ¿Qué es ser un hombre? ¿Qué significa ser un verdadero hombre? O se ha puesto a meditar ¿Qué quiere decir no se nace hombre, se llega a ser?
Lo raro no es raro sino es nuevo; indica volver aprender y deconstruir prejuicios y esquemas mentales y sociales para mejorar la convivencia y lograr que no solo exista una igualdad formal sino una real.
