¿QUIÉN NECESITA OTRA REINA?

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Foto: Nathalie Aguilera, comunicadora social.

Empieza la noche, los presentadores con sus mejores galas y el escenario lleno de luces que encandelillan los ojos; los graderíos con familiares, amigos, señoras que quieren escuchar pasillos, boleros y chicha, vendedores de caramelos, algunos funcionarios obligados,  policías y militares de tropa cargando pancartas y bombos.

Tras bastidores, mujeres embalando a mujeres más jóvenes con cinta de plástico, para que quepan en un vestido de dos tallas menos y cargado de lentejuelas; niñas calzándose zapatos en los que a duras penas pueden ponerse en pie peor aún dar un paso. En la otra esquina una joven ya vestida se ve en el espejo tratando de recordar las respuestas a las absurdas preguntas que van desde ¿cuál es tu sueño? hasta ¿cómo combatirías la violencia contra la mujer en la provincia?

Llega el momento, las chicas empiezan a salir desfilando en ceñidos trajes al cuerpo, peinados elevados sujetados con decenas de invisibles que torturan y pinchan su cabeza, todas recuerdan sonreír, estar erguidas, lucir hermosas, ser coordinadas, mirar al público, gritar su nombre y la institución a la que representan con fuerza y energía, siendo delicada pero decidida a la vez, fuerte pero frágil, sexi pero tierna.

Por casi 10 años trabajando en el periodismo, mi labor fue cubrir las elecciones de la reina de Latacunga, pues para mi desgracia la mayoría de veces fue mi turno, plantarme bajo la tarima para capturar la noche en texto y fotografía, esperando al momento preciso para que la elegida me mirara, levantara su mano y sonriera para la foto de portada del día siguiente.

En esta labor descubrí que los reinados son eventos que no sirven para absolutamente nada, son confeti y camaretas que al día siguiente se barren y nadie recuerda. Simplemente a la ciudad no le suma ni le resta y sobre todo a las niñas que participan no les queda más que un par de fotos para recordar lo bellas que fueron, una cinta, un retrato en la pared del patronato y un par de escuelas visitadas y caramelos entregados.

Sé que esta columna no será del gusto de muchos conocidos, incluso tengo amigas ex reinas de belleza, a las que no recuerdo por esos momentos, sino por ser brillantes, únicas, valientes y mujeres de verdadero valor.

Sin embargo; creo que el común de los latacungueños no está de acuerdo con este acto que se ejecuta con dinero de nuestros impuestos.

Pero el actual Patronato Municipal, lanzó una encuesta ciudadana para saber cuántas personas están de acuerdo con que regrese la elección de la reina de Latacunga, misma que se suspendió hace 4 años para realizar los “Embajadores sociales”, proyecto que no tuvo el éxito y el apoyo que se esperaba.

Pero la pregunta es ¿alguien extraño la elección de la reina?, ¿nos hace mucha falta?.

Puede que al pequeño empresario que ponía su publicidad, a las maquiladoras, boutiques y organizadores de eventos les haga falta, pero siendo francos a nivel mundial este tipo de eventos ha perdido fuerza e interés, cada vez hay menos personas que saben quién es la Miss Universo, Miss Ecuador o dónde se va a realizar este año.

Y bueno en realidad, si se quieren seguir con este tipo de iniciativas deberían hacerse con dinero privado, pero ya no más con la plata de todos que debería ser empleada en obras reales, no eventos que cosifican a las mujeres.

Personalmente creo que pocas personas participaron en esta encuesta y seguramente quienes lo hicieron son el pequeño segmento beneficiado, y puede que vuelva, pero ojo con esto, se ha dicho públicamente que hay 25 mil dólares de nuestros impuestos para que se cumpla esta maravillosa noche de gala.

Es nuestro deber y derecho conocer las cuentas claras y  reales, saber a quién se le adjudican los contratitos y por qué valores.

 Tal vez creo, no sé, se me ocurre ¿podrían emplearse en algo más útil para todos?, ¿por qué en lugar de despilfarrar en artistas, tarimas, caramelos, tragos, camaretas y demás, no se usa el dinero para llegar directo a la obra social que supuestamente hace la reina en conjunto con el Patronato?.

Porque;  por si no lo sabían: las reinas que quieren tener fotos para sacarlas en su video de gestión al final de año, deben pedir el dinero para a otras instituciones, porque el Municipio no hace más que entregar: corona, banda y premios, absolutamente nada más.

En tiempos en los que seguimos peleando para que las mujeres tengan los mismos derechos y obligaciones que los hombres, aún vemos como niñas en edad de desarrollo son vistas como pedazos de carne. Certámenes en los que  NO se les reconoce a  las mujeres por sus logros  profesionales o académicos, sino por lo bien que se ven. ¡Es simplemente estúpido!

 Personalmente me gusta estar siempre arreglada, verme bien, para sentirme bien; pero, soy una fiel creyente que las mujeres y cualquier ser humano es MUCHO más que su apariencia o físico.

Eres más que un trasero, un par de tetas, eres más que un pelo, unas pestañas, unos labios, unas piernas o un vestido, y lamentablemente en este aspecto las redes han aportado a que a diario el certamen de belleza sea en historias de instagram y videos de tik tok.

“El cuerpo es sólo un estuche, y los ojos la ventana, de nuestra alma aprisionada”, Aterciopeladas, banda colombiana

De igual forma, creo contundentemente que “calificar” a mujeres por su físico, en cualquier contexto, es absurdo, y llamarlas “reinas” por el simple hecho de ser “bonitas”, lo encuentro aberrante.

Aún recuerdo cuando a Alicia Machado ¡La ridiculizaron por haber engordado! Por lo tanto, ¿Qué mensaje están enviándole al mundo?

Si bien el ejemplo que están transmitiendo es superficial y vacío, también debemos tomar en cuenta que una mujer es mucho más que un bikini o un vestido de noche.

De igual forma, una mujer es mucho más que su capacidad de desfilar o caminar bien con tacos, pero aparentemente créanlo o no, aún hay gente que considera que poner a mujeres a desfilar para mostrar su belleza es algo entretenido, ilógico si nos ponemos a pensar que lo mismo que ellas deben hacer frente a un jurado, es similar a lo que hacen los perros en los concursos caninos o los potros en una demostración de caballos.

Yo misma he participado de cientos de conversaciones criticando a la chica que hablo mal, que se tropezó, cuyo vestido estaba complemente fajado y que tenía un maquillaje pasado.

 Les pregunto ¿expondrían a sus hijas, nietas y sobrinas a que se paren frente a un grupo de personas a ser juzgadas por su aspecto? ¿A que se sientan presionadas, se miren al espejo y sientan temor de envejecer con los años?, que sean usadas para ponerlas en una propaganda de un partido político, que terminen usando trajes ajustados para repartir panfletos en la carretera, o que pasen noches sentadas con ropa que les congela los huesos aplaudiendo en fiestas de la ciudad para luego bailar con cuanto político sucio las saca. ¿Las expondrías?.

Latacunga tiene mujeres valiosas, hermosas, únicas y perfectas en muchas formas, no necesita probarlo con un evento para llenar los bolsillos de otros a costillas de todos.

 Enseñémosle a nuestras niñas que son bellas, que son la reina de nuestra casa, que sus narices son hermosas, que ese lunar que odian es único y místico, que su estatura es ideal, que no son un cuerpo o una medida, que sus piernas son perfectas porque pueden correr y llegar hasta la cima del mundo si así lo quieren, que son inteligentes, divertidas y que no existe un jurado en el mundo que pueda mancharte ni juzgarte.

“Tu belleza exterior capturará los ojos pero tu belleza interior conquistará el corazón”. Steven Aitchison

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