Foto: Nathalie Aguilera, comunicadora social.
Dante Alighieri en su libro La Divina Comedia nos cuenta que los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral.
Y son precisamente estas palabras las que me motivan a escribir la columna de hoy, pues a pesar de querer tratar un tema ligero como el arte y la cotidianidad, esta semana llamó mi atención un video burla del Alcalde de Latacunga, Byron Cárdenas, que acepta después de 4 años de administración que Latacunga tiene como principal atractivo turístico sus enormes baches. Tema con el que definitivamente no puedo ser neutral.
Esto no es una novedad, pues estos cráteres similares a los del satélite natural de la tierra, adornan importantes avenidas como el ingreso norte y sur de la urbe, justo debajo del letrero que dice Bienvenidos a Latacunga’, también se pueden encontrar rodeando el sector del Niágara en donde turistas de varios lugares se detienen a comprar canastos y ¿por qué no? aprovechan para visitar estos cráteres que además de ser visualmente llamativos también cumplen la función de dañar llantas y provocar accidentes.
Cuando trabajaba como reportera, a modo de investigación sarcástica, compré una regla y me dediqué a la sutil tarea de medir la profundidad de algunos de estos cráteres que adornan las calles, algunos de zonas centrales tenía profundidades de hasta 28 cm, otros un diámetro de (créanlo o no) un metro con 10 centímetros y otros ni siquiera pude medirlos pues me hacía falta una cinta métrica.
A pesar de las denuncias, foto reportes y noticias; poco o nada ha hecho esta administración para cubrir estos agujeros; seguramente se debe a que no leen periódicos, escuchan radios o miran la tv local, ¡Pero claro!, ¡Ahora caigo en cuenta!, indudablemente están revisando Tik Tok y Facebook, plataformas en las que sí se observan videos de la cabeza de la municipalidad.
Y precisamente revisando las redes me sorprende encontrar un video del Alcalde de Latacunga, quien al más puro estilo de Charles Chaplin sale con una canción de tono burlón cayéndose en uno de estos reconocidos baches, y después de hacer varias maromas en su forzada actuación, continúa con la frase “cierto ha sido”, después de esto sigue con su parodia subiéndose a una aplanadora exclamando en tono de político que va a reparar las calles (pero ojo solo algunas).
Una ciudad como Latacunga, tierra de Félix Valencia, Antonia Vela, Baltazara Terán, Calixto Pino, y tantas otras personalidades que hicieron crecer a esta tierra y lucharon por ella ¿Merece este tipo de burlas? ¿Después de cuatro años recién se da cuenta que “ha sido cierto”?, ¿Acaso no es ese su trabajo?.
El bache es una herida en la vía pública; cuanto más tiempo esté abierto se vuelve más amplio y profundo y en esa proporción se hunde el prestigio de la autoridad. Cuando muchas zonas de la ciudad están perforadas, es momento de reflexionar ¿cómo llegamos a esta realidad?.
Pues para mí en el fondo de los baches están al menos tres enormes piedras: la falta de planeación urbana, la corrupción de las autoridades y un pueblo que no reclama y mantiene su neutralidad en tiempos de crisis moral.
Por eso, ciudadano de Latacunga, un alcalde, prefecto, concejal, asambleísta o presidente, no es una celebridad con quien tomarse fotos, saludar, darle al guagua para que lo cargue, creerle todos sus cuentitos y desearle éxitos; es alguien a quien debemos exigir que cumpla su trabajo, para el que fue electo y voluntariamente se postuló, por el que gana un sueldo que no es poco, trabajo que nos cuesta a todos el progreso de un pueblo y trabajo que no es un chiste para decir “cierto ha sido”.