LA UTOPÍA FEDERAL

Eduardo Vargas

Foto: Eduardo Vargas, abogado en libre ejercicio.

En estos días como es costumbre en nuestra sociedad ecuatoriana, nos han desviado la atención con la idea de crear un Ecuador Federal, es decir, dividir el territorio ecuatoriano a pesar de que hace un poco más de una semana terminó el paro y recién empezaron las mesas de dialogo con muy poca información real por parte de la prensa ecuatoriana, porque es fácil vender humo que dar a conocer lo verdaderamente importante.

De igual manera, hace pocas semanas, muchos pacifistas gritaban en las calles que quieren un país unido, pero ahora quieren fraccionarnos de manera territorial, sin darse cuenta que persisten disputas internas por temas limítrofes entre provincias, cantones y parroquias; algunos están seguros que esta idea es la panacea porque funciona en países desarrollados sin darse cuenta que tenemos países vecinos como Argentina o Venezuela que su conformación territorial es de manera federado y poseen más problemas que nosotros.

Debemos darnos cuenta el momento actual que el país está atravesando, así como el origen de la idea, la persona que emanó esta idea; en pocos meses son elecciones seccionales, por ende, este tema puede ser mal manejado por los oportunistas que pretenden llegar a los diferentes municipios y prefecturas del país, porque somos electores pasionales mas no racionales y esta idea puede calar hondo en las provincias que por tradición han mantenido esta idea de independencia económica como Loja y Guayas, olvidándose que a pesar de ser un país multicultural e igualitario, no tenemos equidad territorial, por lo que sigue siendo una tarea pendiente. Sin embargo, estamos seguros que se mantendrá esta idea en la campaña electoral por parte de ciertos sectores políticos y con algo de suerte, esto podrá generar que la utopía federal no crezca más en el país.

Como dijimos en opiniones anteriores, pretenden dividirnos mediante la teoría de la otredad y a momento seguido nos quieren implantar la idea de un país federal, pero ¿qué pasó con las investigaciones del paro de octubre del 2019 y de hace semanas atrás? ¿Acaso la pusilánime consulta a la corte constitucional en el tema penal del líder de la Conaie, Leonidas Iza, es una estrategia para calmar los bríos de la gente? Pero ahora desean implantar en el imaginario social el tema de un federalismo con el fin de olvidarnos de lo antes mencionado.

Como país y personas debemos madurar en el tema político y darnos cuenta que las elecciones se vuelven un tema emocional, por ende, el sufragio se lo hace con emoción y no con razón y eso hace que se vuelva fácil en estos momentos de elecciones y se saquen discursos que muevan pasiones. No debemos dejarnos llevar por esos discursos pasionales hay que mantener la cabeza fría.

El tema del federalismo tiene que pasar por un análisis profundo acerca de varios conceptos como por ejemplo la autarquía, descentralización, desconcentración, concentración y autonomía. No obstante, en el parlamento no tienen noción de los conceptos básicos entre Estado, Gobierno, Nación y República, no sería nada extraño que el actor de esta idea y los padres de la patria piensen que son sinónimos.

Hay que tomar en cuenta que la burocracia y el empleo público está destinado a determinadas élites, no todos pueden ingresar al empleo público, ello esta detentado por determinadas élites que siempre están cuidando la libertad y la propiedad privada, y la función pública cuida esas dos situaciones importantes dentro del ámbito del derecho.

Esta idea es utópica, por el simple hecho que la propia Constitución de la República del Ecuador dice que el Estado se organizará territorialmente en regiones, provincias, cantones, parroquias rurales y en regímenes especiales como el caso de Galápagos y las circunscripciones territoriales indígenas y pluriculturales. Sin embargo, el regionalismo ha sido letra muerta en nuestro país, nunca se cumplió, es más, el texto constitucional menciona que mediante voto popular se elegirá a un solo gobernador por cada región, incluso manifiesta que dos o más provincias con continuidad territorial, superficie regional mayor a veinte mil kilómetros cuadrados y un número de habitantes que en conjunto sea superior al cinco por ciento de la población nacional, formarán regiones autónomas de acuerdo con la ley con el fin de procurar el equilibrio interregional, la afinidad histórica y cultural, la complementariedad ecológica y el manejo integrado de cuencas. Por lo tanto, se tiene que crear incentivos económicos y de otra índole, para que las provincias se integren en regiones, es más, el estatuto del distrito metropolitano cumplirá con las mismas condiciones que el estatuto de las regiones.

Entendamos, la panacea no es el cambio de leyes por la emoción del momento o de la coyuntura sino hacer un uso real, adecuado y consecuente de las leyes porque tenemos absolutamente todo legislado, pero dicen no saber cómo ejecutar.

Por lo antes dicho, lo que hoy se pretende realizar es una cortina de humo para no dejar ver las cosas realmente importantes, es una utopía completa el federalismo en el Ecuador, porque incluso nuestra capital ecuatoriana tiene problemas de acuerdo a su conformación como Distrito Metropolitano, como dato curioso, Quito no posee hasta la actualidad su Estatuto Autonómico, documento legal para una conformación real como Distrito Metropolitano, es más, han pasado varios cabildos sin tener resultado alguno, incluso pagando consultorías onerosas, aún así se les ha ocurrido el pensamiento de un utópico federalismo. Como decía una profesora de antaño. ¡Me parece cómico!

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