Foto: Héctor González, gobernador de Cotopaxi.

Hace cuatro años, cuando el presidente de la República Lenín Moreno asumió el sillón de Carondelet, el entonces concejal y primo político de Moreno, Héctor González, asumió la Gobernación.

Lo hizo en un acto protocolar al que acudieron varias autoridades locales y regionales. En un discurso de casi una hora ofreció desde reactivar el Aeropuerto Internacional Cotopaxi, hasta controlar la inseguridad en un contexto donde la presencia del Centro de Rehabilitación para la Sierra Centro Norte, hoy llamado Centro de Privación de Libertad, comenzó hacer estragos.

“Hay muchas cosas que no se pudo hacer, no fue tan sencillo como yo me lo imaginaba”, comentó el aún Gobernador, quien dejó el cargo en dos ocasiones. La primera en el 2019 cuando postuló para la prefectura. Lo sucedió Juan Paúl Pacheco.

Tras un revés en las urnas, regresó a la Gobernación, puesto que en el 2020 volvió a dejar para iniciar una carrera a la Asamblea Nacional. Tampoco ganó e inmediatamente se reincorporó.

A pocos días los cambios en cargos de libre remoción, que tendrán rostros nuevos en todo el país con la llegada a la presidencia de Guillermo Lasso, González considera que debe dejar la política de modo definitivo.

“Ahora Héctor González, se dedicará a la política del hogar, tengo dos hijos a los que pienso dedicarles tiempo”, aseguró.

Desde la óptica de la socióloga y analista política Mary Guijarro, la decisión más acertada para un político cuyas circunstancias han sido adversas es dar “un paso al costado”.

Para la experta la política es como el fútbol, hay que “retirarse con dignidad”. Manifestó que en el caso particular de González tras una pérdida en las urnas, no debió existir más postulaciones y dedicarse únicamente a realizar la gestión que le correspondía como representante del Ejecutivo en la provincia.