José Avilés, gerente del Hospital. Foto: Archivo. Cotopaxi Noticias

Una familia que reside en Machachi, Pichincha, tiene a una familiar internada en el Hospital General de Latacunga, desde el 2 de julio del año en curso.

Mayra Paza, nieta de la paciente, informó que desde esa fecha, sus familiares se amanecían en los exteriores del hospital sentados o parados. Sin embargo, debido a la incomodidad y al frío, decidieron armar una carpa improvisada al interior de un parque la tarde del 7 de julio. Cuando cayó la noche durmieron en ese lugar.

Un día después y tras hacerse el caso público, José Avilés, gerente del Hospital, manifestó que, permitieron el ingreso para que los familiares pasen la noche en la sala de espera del área de Emergencia y ya no en la carpa.

Aunque aclaró que, no es responsabilidad ni competencia del Hospital tener albergues para los familiares de los internados. «Ni el Municipio ni el Patronato ha creado albergues para estas situaciones», cuestionó.

Además, recordó que, el Hospital atiende a alrededor de 200 pacientes. «Imagínense que todos los familiares pongan carpas o tengan que esperar que nosotros les demos albergues», dijo.

A criterio de Avilés, tampoco era necesario que los familiares permanezcan afuera del Hospital a la espera de información. Aseguró que con la persona que estaba acompañando a la paciente adentro del Hospital era suficiente.

Agregó que, no se puede dar información a los familiares de uno en uno. La paciente tendría un «serio problema en su sangre», pero Avilés no quiso dar más detalles porque sería su caso «confidencial». Adelantó que su tratamiento será largo.

Para los familiares de María, era necesario permanecer afuera del Hospital, porque necesitaban comprar las medicinas a cualquier hora del día, según Miguel Paza, hijo de María Guanolema, adulta mayor de 66 años que permanece internada.

Sin embargo, el gerente del Hospital sostuvo que, no se les ha enviado a comparar medicinas sino insumos y que estos gastos no sobrepasarían los cinco dólares. Además, esto habría sido a las 13:00 y no en la noche, tampoco en la madrugada.

No obstante, Miguel, reiteró que de lunes a viernes han gastado de forma diaria entre 25 y 35 dólares en la compra de pastillas, jarabes, pañales y jeringas.

En medio de todo este caso, el gerente del Hospital, reiteró que «ya no están aquí los familiares. No hay razón para eso”, a excepción del familiar que cuida a la mujer en el área que permanece internada.

Pero nuevamente este criterio contrasta con el de Miguel, quien aseguró que dos familiares, permanecen atentos para comprar las recetas, incluso aseguró que no puede estar una sola persona al cuidado de su familiar porque hubo días en donde  les enviaron a comprar en las noches y a esas horas temen caminar solos por la ciudad hasta encontrar farmacias de turno.

Añadió que también están preocupados porque aparentemente les tocaría hacer un examen en una clínica privada que costaría cerca de 400 dólares. “Nos dijeron que no hay aquí ni en el Eugenio Espejo de Quito», acotó.