ESTRELLAS QUE NO BRILLAN PERO SON ESTRELLAS

VOLVER

Foto: Nathalie Aguilera, comunicadora social.

«La música puede cambiar el mundo porque cambia a las personas. Bono.

¿Alguna vez has visto a una mujer de más de 70 años disfrutar con un bolero o un pasillo? ¿Has visto cómo sus ojos se llenan de un brillo mágico y su expresión muestra un aire de melancolía?, te has puesto a pensar ¿qué memorias tiene de aquellas obras maestras de la música?, su primer amor, sus amigas, sus sueños, su casa de niña.

 En fin, ese es el poder que tiene la música, y es lo que muchos valoramos y cuidamos con recelo. La música, ese factor intangible pero maravilloso que endulza tus oídos, que te hace sentir las injusticias más fuertes, sangrar de dolor por desamor o amor, te recuerda las vacaciones del 97 y te hace sacudir la cabeza con fuerza.

Esta columna es para los que amamos la música, la verdadera, la que tiene ritmo, melodía y armonía como dice Charly García, es para los que pedimos respeto y exigimos que las verdaderas estrellas vuelvan a brillar.

Y es que, a quién no le han dolido los oídos cuando escucha que a ella le gusta la gasolina; o se mueve bien rico, hasta abajo y cosas peores que no puedo ni escribir.

Pues sí, esas seudo estrellas que le cantan a lo superficial, al sexo y a las drogas, son las que hoy se llevan Gramys, premios internacionales, aparecen en portadas de revistas y son proclamados los artistas del año, ganando sumas mórbidas de dinero.

Son lo que cargan cadenas de oro que representan a carteles de la mafia y el narcotráfico, a los que incluso les agradecen en sus canciones y tienen a 20 mujeres semidesnudas bailando en sus videos como un trozo de carne; son los influyen en la juventud de hoy, porque todos quieren ser como ellos y todas quieren ser como ellas.

Detrás de los que ahora se llaman artistas, siempre hay un entramado de productores, directores, maquilladores, publicistas, estilistas, consejeros de moda, compañías patrocinadoras y en general equipos de profesionales que se aseguran de que todo se vea fantástico.

Además de toda esa producción está un aliado de todas esas voces y es el Auto tune, un programa que permite mejorar la voz de una hurraca y los balbuceos de Bad Bunny en algo pasable para muchos.

Y es que para que las supuestas estrellas puedan brillar no deben hacer gran esfuerzo, subir un video cantando alguna canción ajena en redes, estirando brazos y apuntando con los dedos hacia abajo y agarrándose los genitales; las chicas poniéndose en posición de pato y bajándose hasta abajo como haciendo sentadillas, porque eso se vende, eso tiene seguidores, eso capta atenciones.

Respecto a la música soy purista, minuciosa, celosa con las canciones que descubro y son mías; y en la actualidad con lo que se llama música soy fatalista, negativa y retrograda, me avergüenza, porque en ocasiones escuchas a un saxofonista ubicarse en los bajos del municipio y la gente pasa a su lado sin darse cuenta lo que esto significa: ser un prodigio y ser ignorado, endulzar tu leve paso por la calle para que no regales ni una mirada, mucho menos un segundo de atención o una moneda; ¡Ah! pero si repites veinte mil veces el video de alguien que dice ser artista y se hace llamar “Bichota”.

Joan Baez, decía que entender música involucra conocer de matemáticas, geometría e historia. También supone muchas horas de estudio y práctica de diferentes géneros, tecnologías, ritmos e instrumentos. Cosas que obviamente desconocen muchas estrellitas actuales.

Las generaciones actuales se jactan de consientes, de más humanos, de más desarrollados, pero han perdido un recurso vital en el desarrollo del arte, de la conciencia, de la belleza, que es la música.

Por años la sociedad ha ignorado el arte, no lo ha comprendido y en algunas pocas ocasiones han reconocido su valía cuando los artistas han muerto. Solo para poner algunos ejemplos por fuera del campo de la música, artistas como Vincent Vang Gogh, Miguel de Cervantes, Edgar Alan Poe o H. P. Lovecraft no tuvieron amplio reconocimiento artístico durante su vida. De la misma manera, hay decenas de artistas en todo el mundo incluyendo nuestro país, que nunca saldrán en la tv, o en las redes,  que nunca serán influencia por una sola razón: el concepto de la belleza musical ha cambiado, ahora todo es superficial y nada se enfoca en lo esencial, que como dice  Antoine de Saint-Exupéry es invisible a los ojos.

¿Qué pasó con esos años en los que la gente se quejaba del vallenato en los buses?, ¿Es en serio? El vallenato es poesía, tiene lírica, retórica, melodía y metáfora en sus letras. ¿Qué paso con esos tiempos de serenatas con canciones que hablaban de flores, de miradas de color del cielo y los sueños de amor y juventud?.

¿Qué fue de aquellos jóvenes rokeros que protestaban con obras maestras?, aquella pasión que despertaban tus ganas de luchar, de vivir, de pelear, esas ganas de ser como Jonni Mitchel, Andrea Echeverri, Joan Jet o Janis Joplin.

Es momento de enseñarles a las nuevas generaciones la valía de una melodía, de una letra, de una composición tan profunda que puede sacarte lágrimas o desatar tu ira. No cuesta mucho hacer una pausa para conversar de la música; y decir, mira esta canción de Cerati o Fito dice esto, Violeta parra es poesía hecha canción, esta letra de los Smiths te narra lo que vivió en su relación o en esta canción Bob Dylan te cuenta el dolor y soledad de un soldado muerto en Vitenam.

No tengo talento musical pero creo tener una sensibilidad especial para escucharla, para grabarla en mi memoria, para hablar de ella, cantarla con pasión  y sobre todo para respetarla. Mi mayor hobbie es buscar canciones de los años 20, 30, 70. 80, y 90 en todos los idiomas, para sumergirme en ella, y dejarme llevar por la pasión del artista.

Miro los videos en vivo de las bandas y su emoción al notar que cuando el uno toca la guitarra, el otro el piano y la batería suenan perfecto juntos, todos los ensayos, las horas de trabajo, desacuerdos y creación pura, valen la pena, porque el público lo disfruta.

Pensemos que las verdaderas estrellas existen aún, por el momento no brillan, pero estoy segura que esos talentos están esperando que los escuchemos, que los apoyemos y que les demos su valor, por encima de brillantes estrellas fugaces, de las que seguramente en el siguiente verano ya no recuerdes la letra de su canción de despecho contra su ex.

Porque aunque todas las estrellas mueren y se disipan, las buenas y verdaderas nos entregan un brillo que dura para siempre y que puede darte el calor de un rayo de sol; como una canción de los Beatles, que te pone de buen humor;  el dulce susurro de Luis Eduardo Aute o Mocedades que te enamora y consuela, enrumbarte con la guitarra flamenca de Estopa, y vivir al máximo sacudiendo la cabeza con un solo de guitarra de Metálica.

«Sin música, la vida sería un error». Friederich Nietzcche.

Publicidad

Noticias Relacionadas

Abrir chat
1
Necesitas ayuda?
Contáctate con nosotros
Hola, en qué podemos ayudarte?