FOTO: La parroquia pertenece al cantón Pujilí.
Según los últimos censos en la parroquia rural Zumbahua de Pujilí en Cotopaxi, existen un promedio de 12 mil habitantes; de los cuales al menos la mitad decidió migar en su mayoría a ciudades como: Quito, Ambato y Latacunga.
Precisamente en esta última, hay asentamientos de migrantes de esa zona rural de Pujilí, ubicados especialmente en la parroquia Eloy Alfaro (barrio Loma Grande, Cuatro Esquinas, El Calvario). Zonas donde se reportaron la mayor parte de fiestas clandestinas con aglomeraciones de gente y sin la utilización de medidas de bioseguridad.
Wiliam Bastidas, presidente del Consejo Parroquial de Eloy Alfaro, reveló que cuando colabora con las autoridades de control, en la desarticulación de estas fiestas, constató que son migrantes de zonas de la ruralidad pujilense, especialmente de Zumbahua y Guangaje.
Lo cual no deja de resultar llamativo, pues en la parroquia Zumbahua, de acuerdo a Orlando Quindigalle, comisario nacional de Pujilí, no se ha registrado más que una fiesta clandestina antes del estado de excepción y ninguna durante las últimas cuatro semanas que el COE Nacional obligó el confinamiento en fines de semana de 16 provincias, incluida Cotopaxi.
De acuerdo a Mary Guijarro, socióloga y analista de coyuntura, la respuesta sobre el llamativo contraste es debido a las generaciones de la población migrante. Explicó que las personas que dejan sus parroquias de origen, generalmente son jóvenes.
“Las fiestas las hacen gente joven, ahora en Zumbahua únicamente alberga ancianos, pasan en sus casas, con temor al virus”, dijo la socióloga, que dentro del contexto halla varios análisis: “el indígena no está acostumbrado a las reglas, ni a los temores”.
Con ese criterio coincide William Bastidas, debido a que, en más de una ocasión les resultó “imposible” lograr algún consenso con las personas migrantes que realizan las fiestas clandestinas.
De acuerdo a la Socióloga hay un evidente rechazo a la autoridad del mestizo. Lo cual resulta tener lógica, pues, mientras Bastidas fue rechazado, el comisario nacional, Orlando Quindigalle, quien se define a sí mismo como indígena si es bien recibida su autoridad.
“No he tenido problemas cuando se les pide que se retiren”, aseguró Quindigalle, quien dio a conocer que una vez que termine el estado de excepción continuarán los operativos de control hasta que pase la emergencia sanitaria.