EL ENCUENTRO

EL ENCUENTRO

Foto: Eduardo Vargas, abogado en libre ejercicio.

El Ecuador y Cotopaxi conoce a sus nuevos gobernantes. Con ello el poder cambió de manos y algunos verán al mandatario y sus colaboradores como los redentores o salvadores de la País y de la Provincia.

No olvidemos que el poder radica en el pueblo y el ejercicio del poder tiene algunas aristas; van desde la persuasión hasta la manipulación, además, el poder se pronuncia mediante una conducta que es dirigida por una persona que la podrá utilizar para varios fines como imponer orden, que buena falta le hace a la provincia, así como el de estabilizar a la sociedad mediante derechos y privilegios que podría deparar en abusos, que no desearíamos que volviera a suceder y según el primer mandatario, no ocurrirá.

Todo ese poder, nosotros, los ciudadanos de a pie, le entregamos las pasadas elecciones a ustedes, gobernantes; PODER que les exigimos sea manejado con eficiencia, orden y que regule la conducta mutua de los individuos de esta sociedad.

Por otro lado, es determinante manifestar, que la democracia participativa está en peligro; nosotros los ciudadanos somos pésimos electores.  No razonamos el hecho de ser individuos diferentes, y por eso no comprendemos lo que es SER un ciudadano. Por lo tanto, no se puede transformar al gobernado en gobernante, sino recordemos las papeletas de votación.

Ojalá hayamos sido conscientes al momento de ejercer nuestro derecho;  saber identificar la emoción y contraponerla con la razón.

La salvación no es un gobernante (persona común), sino el estudio electoral coherente y consciente que nosotros, los electores, teníamos que realizarlo, caso contrario se resume en la frase siguiente “de esperanza no tenía más que el nombre”.

“El Gobierno del encuentro” debe asentir dentro de su ingenio que la política es una ingeniería del bienestar y por ello es reservada para espíritus nobles, de corazones cívicos y con un especial énfasis debe ser para mentes abiertas. No obstante así la politiquería que se ha vivido y sigue viviendo, es una bendición a la picardía, una cátedra de farfulleros, una cartera rapaz de errores de buena fe, un total juego de caníbales.

Para finalizar, éxitos a las autoridades designadas y sepan que el objetivo es el trabajo conjunto con la ciudadanía.

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