Foto: La mayoría de mujeres desconoce por qué se festeja la fecha.
Eran las 06:00 de lunes 8 de marzo, como todos los días María Diocelina de levantó para llevar a sus tres vacas a pedazo de tierra donde diariamente se alimentan. La actividad le toma una hora por la lejanía de su domicilio ubicado en el sector periférico del barrio San Felipe.
Antes de las 07:00 debe estar nuevamente en casa para preparar el desayuno que normalmente consiste en agua aromática con un pedazo de pan. Debe servirle a su esposo que desde hace dos años tiene una grave enfermedad.
Antes de salir debe dejar ordenado la casa y preparar el balde de chochos que a diario comercializa en la calle.
No importa si llueve, si hace mucho sol, María Diocelina debe salir todos los días a luchar en las calles, pues es el único sustento con el que cuentan en el hogar.
Según sus cálculos diariamente gana entre 10 y 12 dólares. No es necesario. No alcanza. «Pero es todo lo que hay».
Cuando alguien le pregunta sobre el Día Internacional de la Mujer, María Diocelina solo sonríe, dice que alguna vez escuchó algo sobre eso pero no le dio mayor importancia; para ella todos los días son exactamente iguales. En sus 62 años de vida, jamás entendió de qué se trató realmente.
Del otro lado de La Moneda esta Carla Mora, la joven de 32 años tiene bastante claro la esencia del Día Internacional de la Mujer, conoce sobre la lucha de los derechos, pero su trajinar diario le impide formar parte activa de los colectivos.
Carla es docente de una Unidad Educativa, tiene dos hijos de 7 y 5 años, su vida está casi enteramente enfocada a dedicarla a ellos y su trabajo; esto tras el divorcio con su esposo hace dos años.
«Las mujeres mostramos nuestra fortaleza, trabajando, demostrando que el mundo no se termina si nos separamos o estamos solas», dijo la maestra quien aseguró que el Día de la Mujer lo vivió junto a sus hijos, viviendo a plenitud su maternidad.
Para Mary Guijarro, la fecha dejó hace rato de mal entenderse, como un día mercantil para entregar regalos, flores, «el pensamiento de la colectividad maduró en este sentido, el 8 de marzo, mujeres murieron injustamente peleando por sus derechos, las flores y chocolates están demás», aseguró la Socióloga, para quien la sociedad avanza en una evolución positiva hacia la igualdad.