COLECTIVO ANUNCIA MOVILIZACIÓN ANTE INSEGURIDAD

COLECTIVO ANUNCIA MOVILIZACIÓN ANTE INSEGURIDAD

Foto: En las calles Antonia Vela y Calixto Pino.

Tras el asesinato de una trabajadora sexual a manos de dos sicarios el jueves 1 de abril de 2021, la zona comercial de El Salto pasó a convertirse paulatinamente desde 2015 en una zona roja.

En caso de no ser escuchados los representes del colectivo que está conformado por siete barrios y ciudadelas (El Nilo, Estrella de Israel, Nueva Vida, El Carmen, La Estación, El Salto, Chiriboga Jácome) advirtieron con tomar acciones legales o movilizar a los 5 mil habitantes involucrados.

Danny Egas, representante del colectivo, informó que sufren las graves consecuencias por la presencia de  las trabajadoras sexuales  y otras problemáticas que se derivan de esta actividad como: delincuencia, venta y  consumo de alcohol y drogas, escándalo público, entre otras.

Exigió la reforma urgente de la ordenanza municipal para el control de libadores y ejercicio del trabajo sexual.

La petición de esta ordenanza se hizo en 2015. Sin embargo, fue aprobada en  2017. Pero, “lastimosamente nunca se ha ejecutado, municipio no da ninguna salida en estos seis años”, cuestionó Egas.

Además, exigen el cumplimiento de los ofrecimientos del alcalde de Latacunga, Byron Cárdenas, para la regeneración de algunos espacios en las riberas del rio Cutuchi. “Esto ayudará a que no se convierta en una guarida de pillos”, manifestó Galo Culqui, otro miembro del colectivo.

“El alcalde se ha justificado con el hecho de que no se puede construir en una zona de riesgo, pero vemos como sí se está construyendo el intercambiador norte”, expresó Culqui.

Otra de las competencias del municipio sería adecuar una zona rosa a través del plan de desarrollo de ordenamiento territorial. “Esas son las alternativas que nos queda para salir de esta ola de violencia que nos mantiene en zozobra a todos”, dijo Egas.

Reclamó que los concejales no trabajan en una ordenanza para que sea aplicable y no tenga contradicciones.

Después del asesinato, los moradores, transeúntes y propietarios de los locales comerciales, permanecen atemorizados. Su mayor miedo es que un hecho similar se vuelva a repetir.

“La situación es crítica al ver que bandas delincuenciales se encuentran en las afueras de nuestras viviendas o locales”, agregó otro morador que por temor a represalias prefirió mantener en reserva su identidad.

Agregó que necesitan mayor presencia policial, la creación de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) urgente y que se dé protección las 24 horas del día a través de patrullajes.

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