Foto: La mayoría de las víctimas tiene miedo a denunciar.
Sentada en la sala de espera de uno de los Sub Centros de Salud de Latacunga, ‘Danny’ (nombre protegido), espera su turno para su cita semanal con el Psicologo. Viste un calentador azul, grande, no quiere que se miren las formas de su cuerpo. La joven de 15 años de edad fue víctima de violación desde los 12 años.
Su cabello está recogido, tiene la mirada baja, no mantiene el contacto visual por más de dos segundos. Pareciera que algo le avergüenza. Muchas veces, el profesional que la atiende, le explicó que una mujer nunca es culpable de un delito sexual. No hay de que avergonzarse. Pero ‘Dany’ aún no lo digiere.
Pese al trauma que resultó ser violentada por su primo desde los 12 años, la adolescente no le teme a una grabadora de voz, para contar su historia. No quiere que se repita. Sostiene que las niñas y jóvenes no pueden ni deben dejarse en manos de otras personas que no sean los padres.
“Mi primo es mayor con cinco años, mis padres lo querían y le permitían ingresar a la casa cuando era su gusto, incluso en la noche. La primera vez que me agredió estaba borracho y me dijo que si digo algo, iba matar a mis perros”, relata la joven, mientras contiene el llanto de modo familiar. Parecería estar acostumbrada a callar.
Dejo de hacerlo, cuando la agredió por tercera ocasión y esta vez incluyó golpes de por medio. Su madre le insistió sobre lo ocurrido. Para ‘Danny’ no fue fácil contarlo, pero lo hizo. Ya aunque recibió el apoyo de su progenitora, le dolió enterarse que no se iba poner la denuncia para guardar las apariencias familiares.
El caso de ‘Danny’ no es aislado, de acuerdo a la Alianza para el Monitoreo y Mapeo de los Femicidios en Ecuador, al menos el 46% de los agresores de mujeres, forman parte del entorno familiar.
Los casos de agresiones sexuales en Cotopaxi, son amplios y no abarcan únicamente a las mujeres, el 2021 se detectaron casos de niños y jóvenes que fueron abusados sexualmente, la cifra llega a 240 denuncias, así lo dio a conocer Jorge Iza, de la Unidad de Delitos Sexuales, de la Dirección Nacional de Policía Especializada de la Niñez y Adolescencia (DINAPEN).
Las cifras van en ascenso, pese a que no todas son denunciadas en los estamentos de orden, es decir que no evidencian la verdadera incidencia que tienen los delitos sexuales. Para Paulina Cajilema, abogada en libre ejercicio y miembro de colectivos que luchan por la igualdad de género, el problema es estructural.
Cajilema explicó que el Estado Ecuatoriano no destina presupuesto para atender casos de violencia sexual. Los casos que son denunciados no son tratados con rigurosidad, “no hay celeridad en los procesos, muchos quedan en la impunidad”, lamentó la activista social.
En Ecuador (2010) 8 de cada 10 mujeres han sido sobrevivientes de violencia alguna vez en su vida, mientras que un 21% de niños, niñas y adolescentes ha sufrido violencia sexual. Y Según la Encuesta de violencia de género realizado por el INEC en el 2019, el 32% de las mujeres encuestadas afirma que ha sufrido violencia sexual.